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domingo, 15 de mayo de 2022

PERFILES DEL CEMENTERIO FRANCÉS: EULOGIO PAZ/ PROFILES OF FRENCH CEMETERY: MR. EULOGIO PAZ

 

                                                                           

Casi con el siglo XX, el 11 de marzo de 1901, nació en la cercana aldea de El Hoyo de Belmez Eulogio, el segundo de los hijos de una familia de agricultores acomodados. Asistió a la escuela de la pedanía, a cuyo maestro recordó siempre con afecto, y después realizó los estudios de Bachillerato que le permitieron acceder a la facultad de Medicina de Madrid, donde se licenció como médico general y en la especialidad de tocología en 1928. Puso su primera consulta en la calle Cervantes de Peñarroya-Pueblonuevo y el año siguiente se casó con la peñarriblenses Dña. Antonia Giménez en la parroquia de Santa Bárbara siguiendo el rito católico, aunque ya se consideraba como agnóstico y siempre fue muy respetuoso con las creencias ajenas. Con la llegada de la 2ª República se hizo más visible su preocupación por el tema social y su ideología socialista. Fue nombrado médico de la Beneficencia municipal y también del hospital empresarial de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y, posteriormente, titular de la Mutua Obrera de la Federación Regional de Sindicatos de Peñarroya.

Ante la inminente ocupación de la ciudad por las fuerzas rebeldes en octubre de 1936, D. Eulogio con su familia utilizaron el Opel de su propiedad para huir y durante un tiempo ejerció su profesión explotación forestal que la Sociedad de Peñarroya tenía en La Garganta (Ciudad Real). Fue movilizado como capitán médico y tras unos meses en Valencia volvió destinado al frente de Pozoblanco terminando la guerra en Conquista. Volvió al pueblo y fue uno de los casi 900 detenidos del centro de prisioneros establecido en “Los Lavaderos” -cuya superficie ocupa en la actualidad la parroquia de San Miguel-y en terrenos del antiguo sindicato de UGT en el Cerro de San Miguel. Fue procesado, tras ser denunciado, acosado y calumniado, aunque finalmente merced a la influencia de un familiar cercano alto cargo de la Falange local, y los testimonios y avales favorables, sólo sufrió una condena de tipo económico, siendo otro más de los 366 represaliados en Peñarroya-Pueblonuevo por formación de los expedientes de incautación de bienes y responsabilidades políticas realizados a partir de 1939.

Volvió al hospital empresarial -del que años después llegaría a ser director- y como era lo habitual, a su consulta privada y a las visitas domiciliarias, pues eran habituales las llamadas “igualas”, una especie de seguros por los que los pacientes de cada médico eran atendidos las veces que precisasen mediante el pago de una modesta cantidad fija mensual, ocupaciones que le dejaban poco tiempo libre , un tiempo que él ocupaba en la práctica de la caza, a la que era muy aficionado -para la que le fue de mucha utilidad el segundo automóvil que adquirió: un Citroën 2CV-, y en la lectura de libros y revistas médicas profesionales para mantenerse al día sobre las novedades y tratamientos, pues era poco aficionado a la literatura.

La empatía que sentía por sus enfermos era sobradamente conocida por sus convecinos que aún recuerdan como creía que la mayoría de las patologías de quienes atendía eran debidas al hambre y a sus secuelas, Su generosidad le llevaba a dejar una moneda de 25 pesetas bajo la almohada del paciente “para leche o para que saliera del mal trance que pasaba o le llevaba a pedir medicinas a los laboratorios y se las llevaba a quienes las necesitaban, incluso les ponía él mismo las inyecciones”. En ocasiones ni siquiera cobraba las intervenciones quirúrgicas que practicaba en la clínica de privada que el doctor Cabrera tenía en la calle Trinidad.

Sobre su sentido ético contar que ccuando a finales de los años setenta salió la ley por la que los militares del bando republicano tenían derecho a solicitar la pensión correspondiente como antiguos combatientes, D. Eulogio se negó a tramitar la solicitud al considerar que por su posición social y económica el Estado no debería asumir más cargas que las necesarias y esa pensión no lo era.

Persona seria, más escuchante que habladora, al cumplir los cuarenta años en el ejercicio de su profesión recibió agradecido la placa-homenaje de los miembros del Casino del Terrible, del que era socio más por la familia que por otra cosa, donde se podía leer: «A D. Eulogio Paz García como recuerdo del homenaje de sus virtudes profesionales y humanas en el ejercicio de la Medicina. Casino del Terrible en Peñarroya-Pueblonuevo a 26 del X de 1974».

                                                                


    

Aún volvió a casarse  por la Iglesia por segunda vez,  con Dña. Francisca Munuera, por lo que al morir en su domicilio de la plaza de Santa Bárbara, su viuda no tuvo dudas de los ritos a seguir en el momento de la celebración de los funerales tras su muerte ocurrida el 3 de enero de 1981 a los 79 años en Peñarroya-Pueblonuevo, funerales que fueron una cumplida manifestación del sentimiento popular de los peñarriblenses por la desaparición de este ciudadano ejemplar que había sido, deontológicamente, una suerte de santo laico para quienes fueron sus pacientes. Fue enterrado junto a su primera esposa en el cementerio de San Jorge.                                                                   

En los años noventa del pasado siglo, siendo alcalde D. Álvaro Muñoz, el segundo de los de la Democracia, para homenajearle, el consistorio aprobó dar el nombre de “Médico Eulogio Paz García” a una plaza, la más antigua del desaparecido Pueblonuevo del Terrible, muy próxima al que fuera su primer domicilio y que aún hoy es conocida popularmente como la “Plaza de las Ranas”, por la fuente actual que hay en su centro, y por el recuerdo de los que también estuvieron en la primera ajardinarse este espacio a finales de la dictadura del general Primo de Rivera.

                                                                  


 

Colaboración del alumnado y del profesorado del IES Alto Guadiato
Collaboration d’étudiants et d’enseignants de l’IES Alto Guadiato


Eulogio Paz García est né à El Hoyo (à Belmez), le 11 Mars 1901.
Il a assisté à l’école de la commune rurale et il a réalisé ses études à l’université de Médecine de Madrid où il a obtenu son diplôme de médecin généraliste. Il a été nommé médecin et titulaire de la Mutuelle Ouvrière.
Il a mis sa première consultation dans la rue Cervantes à Peñarroya-Pueblonuevo et il a été mobilisé comme capitaine médecin et destiné à Pozoblanco.
Il a souffert d'une condamnation économique après avoir été dénoncé par l’UGT.
Plus tard, il est retourné à l'hôpital où, quelques années plus tard, il devient le directeur. Il reprend aussi son cabinet médical privé et les visites à domicile, les “igualadas”, c'est -à -dire, une assurance médicale qui permettait aux patients de recevoir des soins médicaux, le cas échéant. En conséquence, il avait peu de temps libre. Le peu de temps libre dont il disposait, il pratiquait la chasse et la lecture.
Il était si généreux avec ses patients qu’il laissait 25 pesetas sous leurs oreillers. Parfois il ne facturait pas les opérations privées.
Il a été une personne aussi importante que, depuis les années 90, il y a une place qui porte son nom.

INICIATIVA PATROCINADA POR LA DELEGACIÓN DE COHESIÓN SOCIAL, CONSUMO Y PARTICIPACIÓN CIUADADANA DE 

 

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